jueves, 26 de mayo de 2011

Un poco de humor y perspectiva post-tsunami...


                                                                                                                                                                          
  
... y el desovillador que lo desoville, buen desovillador será.


viernes, 20 de mayo de 2011

Xabier Iridoy.

Aún estamos en hora, quiero decir que todavía podría pedir el voto para mi gente pero no lo voy a hacer, que lo que quiero es otra cosa. Y bien podría haber escrito lo que ahora hace tiempo pero ni tiempo, me crean o no las musas de todos los colores. Y en nada será medianoche, un nuevo día. Creo que ya toca, quiero contar y contaros...
Hace años que conozco a Xabier, hace muchos años, tantos ya que ambos hemos llegado a los cincuenta casi a la vez y sin enterarnos. Y cincuentones y de buen ver nos vemos embarcados en un mismo proyecto que mira, desde el corazón de nuestro batzoki, a nuestro ayuntamiento. Y está siendo una experiencia apasionante, las cosas como son. Será que confío en la gente que va de cara, que no se arruga ante las dificultades y que es capaz de liderar un equipo siendo uno más entre los otros. Para eso se necesita mucho cuajo pero del bueno, de ése que dicen humildad y que no abunda por estos lares. Por los de la política, digo. Y no sabéis cómo se agradece.
Ése es Xabier Iridoy Olaizola, un tío currante y decidido y en el que se puede confiar. Y yo, estoy con él. Incondicionalmente.



sábado, 14 de mayo de 2011

Alfonsina Storni, poetisa y mar...



DOS PALABRAS
Esta noche al oído me has dicho dos palabras
comunes. Dos palabras cansadas
de ser dichas. Palabras
que de viejas son nuevas.

Dos palabras tan dulces, que la luna que andaba
filtrando entre las ramas
se detuvo en mi boca. Tan dulces dos palabras
que una hormiga pasea por mi cuello y no intento
moverme para echarla.

Tan dulces dos palabras
que digo sin quererlo -¡oh, qué bella, la vida!-
Tan dulces y tan mansas
que aceites olorosos sobre el cuerpo derraman.

Tan dulces y tan bellas
que nerviosos, mis dedos,
se mueven hacia el cielo imitando tijeras.
Oh, mis dedos quisieran
cortar estrellas.