LEGISLATURA LÓPEZ: CUENTA ATRÁS.
PESE a los reiterados intentos, lógicos desde quien se aferra al poder, por tratar de encontrar un sentido y un relato para estos meses finales de legislatura, se ha instalado política y socialmente la sensación de fin del trayecto, de llegada del tren del cambio a la estación. CABE RECORDAR AHORA CÓMO EN EL INICIO DE ESTOS AÑOS DE GOBIERNO SOCIALISTA, Y DESDE NUMEROSOS FOROS MEDIÁTICOS, SE VOLCARON CONTINUAS REFLEXIONES DIRIGIDAS A FUNDAMENTAR Y SOSTENER LA LEGITIMIDAD DEL ENTONCES FLAMANTE Y NUEVO GOBIERNO VASCO BASÁNDOSE EN LA LEGALIDAD Y EN LA ARITMÉTICA ELECTORAL. Primero fue la afirmación, tan ocurrente como infundada, de que el pueblo vasco había votado por el cambio. Y junto a ello, la reiterada argumentación teórica de que la alternancia era sana, deseable y necesaria en política y que lograría aportar un soplo de aire fresco al escenario político vasco.
En abstracto,
ninguna de tales valoraciones admitiría reproche. PERO OLVIDARON
ALGUNOS DATOS ELECTORALES CLAVES. LA DISTANCIA ENTRE EL PARTIDO GANADOR DE DICHAS
ELECCIONES, EL PNV, Y EL PARTIDO QUE SUSTENTA EL GOBIERNO FUE REFLEJO ELOCUENTE
DE QUE LA SOCIEDAD
VASCA NO RECLAMABA TAL CACAREADO CAMBIO. Y ES CIERTO TAMBIÉN
QUE, MÁS ALLÁ DE CONSIDERACIONES SOCIOLÓGICAS OBVIAS, LA NORMATIVA RECTORA
DE LAS ELECCIONES IMPIDIÓ VALORAR Y COMPUTAR LOS 100.939 VOTOS CALIFICADOS COMO
NULOS.
Descendiendo
así, con datos objetivos, de lo abstracto a lo concreto, para evidente que,
guste o no a los creadores de la nueva opinión, Euskadi no votó por ese, al
parecer, tan ansiado cambio. Detrás de esta evidencia se escondía la escasa
empatía e ilusión que despertó el proyecto del nuevo Gobierno Vasco, más allá
de divergencias ideológicas. No es, ni ha sido durante esta legislatura, una
cuestión de frentismo, se trata simplemente de la existencia de una mayoría
social y política que ve frustradas sus legítimas expectativas, refrendadas en
las urnas, para seguir vertebrando y gobernando este país.
SE HA
EJERCIDO OPOSICIÓN DESDE LA RESPONSABILIDAD Y DESDE LA CRÍTICA AL ADVERSARIO
POLÍTICO, ANTE LA FALTA DE
PROYECTO Y DE MODELO DE GOBIERNO, COMO HA SIDO PUESTO DE MANIFIESTO DE FORMA
REITERADA DURANTE ESTOS AÑOS DE GOBIERNO LÓPEZ, QUE NO HA SABIDO NI PODIDO
APROVECHAR LOS RESORTES DEL PODER PARA CONSOLIDAR NI SU IMAGEN NI SU LIDERAZGO. LÓPEZ HA SIDO INCAPAZ DE AMPLIAR EL MARCO DE ADHESIÓN SOCIAL A SU PROYECTO POLITICO: NACIÓ SIENDO, DE LEJOS, SEGUNDA FUERZA POLÍTICA -dentro de
las que concurrieron o pudieron concurrir a las elecciones- Y CON TODA PROBABILIDAD VA A ACABAR LA LEGISLATURA CON MENOR APOYO POPULAR DEL QUE TUVO.
La retórica es
la técnica por excelencia de persuasión social, pero lograr un consenso
duradero, estable y convincente en torno a los huecos mensajes lanzados desde
los dirigentes del PSE para justificar su decisión de lanzarse, como lo
hicieron, a por el poder por el poder (y después, a verlas venir!) exige mucho más
que un discurso que, seguro, acabará con el síndrome del complot.
No hemos
tardado mucho en ver que el motor anímico del nuevo gobierno se ha asentado más
en el victimismo político que en la elaboración de un discurso constructivo.
SE TRATA DE UN GOBIERNO DÉBIL, SOCIAL Y POLÍTICAMENTE, A LA DEFENSIVA Y QUE NO SÓLO NO RESPONDE -LOS DATOS OBJETIVOS SON IRREFUTABLES- A LOS DESEOS DE CAMBIO, SINO QUE HA FRUSTRADO LA VERTEBRACIÓN DEL PAÍS ENTRE DIFERENTES QUE TANTAS VECES HA RECLAMADO. Esa decepción no ha de frenar la laboriosidad, porque Euskadi
debe seguir avanzando, pero muestra un escenario político complejo, como una
serie de sombras, cada una de las cuales apunta a la siguiente.
EN UN CONTEXTO DE CRISIS ECONÓMICA TAN
DURA Y COMPLICADA, CAPTAR LA
CONFIANZA DE LOS CIUDADANOS VASCOS REQUIERE HUIR DE LA RETÓRICA Y EXIGE
DESCENDER A DATOS CONCRETOS QUE PERMITAN RECUPERAR LA FIABILIDAD EN LAS
INSTITUCIONES Y EN SUS LÍDERES. ESTE ES EL RETO PARA LAS PRÓXIMAS ELECCIONES.
Juanjo ÁLVAREZ RUBIO
No hay comentarios:
Publicar un comentario