Unas gotas de luna en los ojos del condenado, ayudan a bien morir... que dice el poema. Por Tolo Calafat, montañero, muerto en el Himalaya. Que la inmensa luna llena de anoche le acoja y guarde por siempre, junto a Iñaki Otxoa de Alda y todos los demás. Agur! Goian bego.