viernes, 15 de junio de 2012

... y haciendo camino al andar.

CAMINO AL ANDAR

Hace décadas los vascos apostamos por un Estatuto que requirió en épocas oscuras un firme compromiso por retornar un autogobierno laminado por el franquismo. Su recuperación fue clave, apuntaló una situación económica a la deriva, arbitró medidas a favor de la cultura vasca y emprendió la tarea de construir sociedad vasca. Pero algunos se negaron, intentaron abortarlo a sangre y fuego, asesinaron y amedrentaron mientras otros callaron ante el sinsentido fanático. En esta etapa el papel desempeñado, entre otros, por el PNV fue clave, estratégicamente impecable y desde el punto de vista histórico oportuno y acertado. Hubo visión de futuro. Un papel que por cierto es espejo del fracaso histórico del mundo violento. No es cuestión ahora de abundar en lo que realmente supuso el Estatuto de avance para el autogobierno ni recordar su unilateral incumplimiento y mercadeo. También hoy defender con firmeza la profundización del autogobierno de Euskadi es apostar una vez más por nuestro futuro. Como ayer. Ciertamente muchas cosas han cambiado, vivimos un mundo de identidades compartidas, pertenencias múltiples, dependencias dispersas y soberanías complejas y difuminadas. Euskadi tiene hoy también la necesidad de un PNV moderno e inteligente que nos mantenga como nación. Nadie sobra, todos hacemos falta pero yo hablo de un PNV sin complejos, centrado y vertebrador de la sociedad, de proyecto ciudadano a futuro, pactista y de bienestar. Por ello, hoy también debemos continuar conectando con referentes transmitibles sobre todo a los más jóvenes. 

Y parafraseando un articulista catalán, hay varios lugares donde los estudios de la invisibilidad de los objetos está conociendo un especial desarrollo, el Instituto Max Planck de óptica cuántica en Garching, el de Tecnología de Pasadena y los despachos del PP, PS(O)E y la exHB…todos ellos capaces de desafiar con éxito las leyes de la reflexión de la luz de haces direccionados. Unos, los recién llegados a las leyes de la democracia de mayorías-minorías caen en la tentación de poner a cero el devenir de la historia y deciden que todo empieza y acaba en ellos, nada existió antes de su luz, luz que finalmente se hizo y que obliga a todos a recomenzar. Y los otros, léase el binomio PPSOE, autores fallidos ellos de un tongo disfrazado de haz luz luminoso de “cambiazo-cuentorroto” en el devenir de Euskadi, temen la composición del nuevo Parlamento Vasco, y hablan ya de falta de luz, crispaciones y reivindicaciones obsesivas milenaristas. Un PSOE, que bajo el haz de su luz particular saca pechito ante las cirujanas medidas laborales y recortes del PP ante la crisis que nos engulle, como si con él, o con un Zapatero que confundió optimismo con realidad, no hubiera ido la historia poco antes. Y un PP, que de la luminosa Esperanza Agirre arremete contra lo autonómico, propone recentralizar el Estado y devolver competencias al mismo centro de Madrid, es decir, a millones años-luz de profundizar en las autonomías-nacionalidades históricas y prescindir de aquellas artificiales del café para todos, tan temeroso él de los sables y deseoso y añorante por aguar el autogobierno vasco y catalán. Por no hablar de las luces zafias de quien ordenó reocupar militarmente Elgeta y las Intxortas, donde solo faltaban la guardia mora, los regulares y su cabrita. 

Tenemos varios retos complicados. El primero es ayudar a asentar definitivamente la paz, el respeto y la convivencia en estas tierras vascas. Y será preciso a la vez liderar una alternativa integral por repensar Euskadi dirigida a todos los agentes de esta sociedad ante el actual alarmante escenario presupuestario y financiero, liderar un programa global frente a una deuda pública pública disparada y una situación de cambio-crisis estructural de modelo socio-económico que aturde y que nos ha visitado para quedarse. Un liderazgo decidido por la formación, la modernización, los nuevos mercados y nichos de actividad, la internacionalización, el relanzamiento de la economía y las medidas que generen confianza, reincentiven la inversión y generen empleo, y ello sin obviar los debidos ajustes de rigor, pero sin caer tampoco en lo que la propia OIT califica de trampa de la austeridad. Una apuesta nítida por la marca Euskadi. Y por el marco vasco de relaciones laborales. Y todo ello acompañado de una concienzuda labor pedagógica. Mientras, seguiremos adecuándonos cual proyecto nacionalista a futuro, encauzando la centralidad de la sociedad vasca y profundizando el autogobierno hacia a un nuevo status político ante España, vía pacto y negociación, haciendo bueno aquello del no imponer y no impedir. 

Se trata en definitiva de continuar siendo una eficaz herramienta ante una sociedad que sin renuncia a su personalidad ya forma parte de lo global. Golpe a golpe, verso a verso, desbrozando y haciendo camino al andar.

                                                                              José Manuel BUJANDA ARIZMENDI
                                                                               (Publicado en Diario Vasco - 09/06/2012)