Alardealdia es la iniciativa que idearon un grupo de locos maravillosos ante la encrucijada a la que habían abocado al Alarde -o con mujeres soldado o nada, lease no hay ayudas, ni apoyo ni dirus, por resumir- comprometidos hasta el tuétano como estaban con su defensa primero y su organización después, para ayudar a recaudar los fondos necesarios. Hacerlo posible en aquel ya lejano 1999 era algo inaudito, una tarea hercúlea y muy costosa, mucho.... Y así ha sido, año a año desde entonces, con el impasse de los dos aquellos en los que un virus enloquecido nos puso a todos la vida del revés.
A lo largo de estos años, el domingo de mayo en el que, sí o sí, celebramos Alardealdia, se ha convertido en una fecha marcada en rojo sannmarcial en nuestro calendario. Lo que nació por pura y dura necesidad -nuestro Alarde carece de otra financiación que no sea la suya propia- se ha convertido, con el paso del tiempo, en una de las jornadas festivas en Irun más multitudinaria, más participativa y, al mismo tiempo, más exigente. Desde aquí mi público reconocimiento a los colectivos y asociaciones que echan el resto cada año, desinteresadamente, para que otros podamos resolver la parte fácil de la ecuación: disfrutar. Y porque han hecho posible que, todos y cada uno de nosotros, conservemos en nuestra memoria momentos, detalles, gestos indelebles... Uno de los más míos data de 2002.
Alardealdia comenzó con el acostumbrado corte de cinta en la calle Santa Elena... este año, la ama tuvo el honor de cortarla y caminar, junto a Mandos del Alarde, los primeros metros del recorrido... allí estuvimos quienes la queremos, entre el gentío, aunque no se nos vea... identifico ahora, momento de tijera en mano, a Idoia y Beñardo, dos tesoros para mí...
1999, 2002, 2025...
Así pasen los años, el sentimiento de pertenencia permanece y, sea cual sea el camino que hayamos transitado unos y otras, hay días, instantes, recuerdos, en lo que se hace tan pero tan cierto aquello de 'porque fueron, somos' que no puedo menos que sentirme orgullosa de quienes nos dejaron, a cada cual, en cada casa, este legado de amor, identidad y memoria que es nuestro Alarde. Una historia humilde, así lo son las más grandes, y sobre todo, nuestra. Me confieso deudora y agradecida por tanto, por tanto... por siempre...
El de hoy ha sido un día para enmarcar, un Alardealdia maravilloso, maravilloso... y la gente, mi gente, con la que he tenido el privilegio de vivirlo un año más, la mejor... nosotros no nos escondemos...
Es Irun, somos Irun. Es San Marcial... lo somos...
