jueves, 14 de noviembre de 2013

Los acuerdos tripartitos de Madrid

Se cumplen 38 años de los llamados Acuerdos Tripartitos de Madrid, mediante los cuales España cedía el Sahara a Marruecos y Mauritania de forma gratuita e ilegal. Un acuerdo nunca reconocido por la comunidad internacional y que niega la soberanía marroquí sobre dicho territorio. Pero lo cierto es que el pueblo saharaui se ve condenado desde entonces o a permanecer exiliado en la Hamada argelina, la zona más dura del desierto del Sahara, o a correr una suerte aún peor: vivir en los territorios ocupados bajo la tiranía de Marruecos. 

Ningún gobierno español, ninguno, ha asumido su responsabilidad para con los saharauis, una responsabilidad que pasa por enfrentar y liderar la resolución de este conflicto, la búsqueda de una solución definitiva, la defensa de la legalidad. Pero no, España ha preferido apostar por privilegiar sus relaciones con Marruecos hasta el punto de rozar la sumisión o el ridículo. Y así resulta que el régimen de Hassan, ahora de su niño Mohamed, es una democracia y un aliado fiel, socio preferente y hermano del alma; que la población civil del Sahara ocupado no sabe de detenciones ilegales ni persecuciones indiscriminadas, que no hay juicios sin garantías, ni tortura, ni desapariciones; y que no me entere yo que a los refugiados en los campamentos de Tinduf les falte de nada, que a España no le gane nadie en solidaridad, por lo que pueda pasar… Todos hipócritas los gobiernos españoles, todos igual de vendidos y cobardes desde aquel lejano 14 de noviembre de 1975, todos.

Bastaría con que pasara lo que el Tribunal Internacional de Justicia de la Haya, todas las Resoluciones de Naciones Unidas y de la Unión Africana proclamaron en su día y reiteran una y otra y otra vez, bastaría con cumplir y hacer cumplir la ley, el derecho que tienen reconocido y les asiste: que el pueblo saharaui celebre un referéndum de autodeterminación a través del cual, y con la independencia como una de sus opciones, pueda decidir su futuro, libremente y en paz. Bastaría con cumplir y hacer cumplir la ley. Y todos lo saben.

Creo que en su lugar yo ya hubiera enloquecido de pura desesperación, digo que llevan 38 años de lucha y espera, digo que los saharauis siguen en pie, no se resignan, qué lección de fortaleza y dignidad... Para vergüenza de quienes, pudiendo, dejan hacer sin hacer nada. Empezando por España, la corona del Borbón y los gobiernos de los unos y de los otros. Que cuando del Sahara y los saharauis se trata, los otros y los unos, cabeza coronada incluida, son la misma mierda. 

Dicho queda.



No hay comentarios:

Publicar un comentario