No es una cuesti贸n de generosidad mal entendida por mi parte, yo no soy nadie salvo una lectora voraz y agradecida desde que mi padre, antes que yo igualmente voraz y mucho m谩s generoso, puso en mis manos mi primer libro, que para contarme historias en voz alta ya estaban ellas, mi amona Bale y mi amona Mar铆a. Pero es que un d铆a, por lo que fuera, empezaron a fascinarme las estanter铆as repletas de libros en mi casa y los libros forrados con papel de estraza en el piso de abajo, la casa de la amona, el olor dulz贸n y h煤medo de la madera encerada, ese olor tan caracter铆stico de los libros viejos y que la entonces ni帽a que yo era desconoc铆a, los libros que escond铆a la kutxa del attona Roman, en fin... ver a mi padre leyendo en su sill贸n con un flexo de luz bien cerca -y en verano, adem谩s, un peque帽o ventilador de mesa que pesaba un quintal y ten铆a forma de moscard贸n, os lo juro, al menos para los ojos de la mocosa que yo era- o abriendo una y otra vez lo que luego supe era un diccionario, era algo natural en m铆 y lo quer铆a tanto... pienso que ser谩 por eso que fui sintiendo una atracci贸n creciente por esas estanter铆as repletas, esos libros tan dispares entre s铆 y tan llenos de palabras... pura fascinaci贸n... Todo esto viene a cuento de que la primera vez que supe de Mario Vargas Llosa fu茅 leyendo su nombre, s铆laba a s铆laba y ayudada de mi dedo, en la portada de unos de los libros del aita, creo que fue 'La ciudad y los perros', no lo recuerdo del todo bien... Pero s铆 que el primero que yo le铆 fue 'La t铆a Julia y el escribidor', qu茅 tendr铆a yo, 16 o 17 a帽os... Y luego ya muchos otros. Aunque siempre le gan贸 en mi querencia m谩s 铆ntima y personal el gran Gabo... pero 茅sa es otra historia...
Largo pre谩mbulo para ubicar en el rompecabezas sentimental que va del coraz贸n a la cabeza, el tira-y-afloja que sabe lo mismo de admiraci贸n que de desapego, que intenta distinguir, aunque sin conseguirlo del todo, entre el escritor que me conmueve y el personaje en el que, consciente o no, se convirti贸 y que aliment贸 groseramente. Y es esto lo que me produce rechazo, no que uno haga uso de su libertad como mejor considere. Con todo dir茅 que me resulta sencillo identificar -y reivindicar- aquello que s铆 merece la pena, que me merece la pena... s铆, hablo por m铆, o sea, a qui茅n pu帽etas puede importar... pero lo comparto porque tal vez haya quien se sienta reflejado en lo que digo: Mario Vargas Llosa es un maestro, uno de los grandes de la Literatura, un creador, un magn铆fico hacedor de historias, con las que he disfrutado mucho, mucho, mucho y de las que he aprendido mucho m谩s... leerlas, leerle, ha sido un aut茅ntico placer, un regalo impagable...
Ser谩 por eso que leer hoy seg煤n qu茅 comentarios en redes sociales y muchos titulares, demasiados dir铆a yo, de diarios que se dicen serios, hablando de mujeres y braguetera, me produce una infinita tristeza, una que es as铆... Por eso, seguramente, una entrevista o similar que un medio reproduce hablando de Vargas Llosa con Juan Jos茅 Armas Marcelo, me ha conmovido hasta la ra铆z... ya os digo, no tengo remedio... ni quiero... la comparto...
Mario Vargas Llosa... Agur! Goian bego.
Descanse en paz.
____________ J. J. Armas Marcelo no ha pegado ojo. El escritor y periodista, uno de los grandes amigos espa帽oles de Mario Vargas Llosa, recibi贸 la noticia de su muerte a las dos y media de la madrugada, hora espa帽ola, por boca de Pedro Cateriano, exprimer ministro de Per煤 y autor de una reciente biograf铆a pol铆tica de Vargas Llosa. "Yo suelo hablar los domingos con dos amigos peruanos, Cateriano y Alonso Cueto, el escritor m谩s cercano a Mario. A la una y media de la ma帽ana habl茅 con Pedro, y una hora despu茅s me estaba llamando de nuevo para decirme que Mario hab铆a muerto. Me he trastornado, me he sentado en el sill贸n y aqu铆 estoy todav铆a", explica por tel茅fono a El Independiente pocas horas despu茅s de conocer la triste noticia. Adem谩s de amigo desde hace cincuenta a帽os, Armas Marcelo dirigi贸 la C谩tedra Mario Vargas Llosa desde su creaci贸n en 2011 hasta 2020.
Al parecer, su fallecimiento se esperaba desde el s谩bado. El escritor llevaba varios d铆as sedado. La familia aguardaba la llegada desde Damasco de su hijo Gonzalo, destacado en Siria como representante de ACNUR. Aterriz贸 en Lima el domingo por la ma帽ana. Seg煤n Armas Marcelo, los dos covid que atraves贸 el escritor dificultaron mucho el tratamiento de la leucemia que padec铆a y que presumiblemente ha sido la causa de su muerte.
En esta noche en vela, Armas Marcelo ha repasado esos recuerdos de casi medio siglo de relaci贸n.
Tras conocer la noticia, Armas Marcelo llam贸 a Patricia Llosa, esposa del escritor, con la que habla todas las semanas y mantiene "una cercan铆a de hermanos. Es la esposa y la prima de mi hermano mayor", la "mujer excepcional" que le recibi贸 en Per煤 sin mayor reproche p煤blico despu茅s de su vistosa etapa junta a Isabel Presysler. "La vida de Mario", se帽ala Armas Marcelo, "ha estado siempre manejada, y muy bien manejada, por dos mujeres: los negocios, los derechos de autor, las compras, las ventas, todas esas vainas econ贸micas las llevaba a la perfecci贸n Carmen Balcells. Lo dom茅stico, lo familiar, lo sentimental lo llevaba Patricia. Porque Mario no sabe llevar negocios, solo sabe escribir. A los dos meses de separarse de Patricia se muere Balcells. Se queda doblemente viudo. Y en casa de Isabel Preysler". Ah铆 empez贸 seg煤n Armas Marcelo su "decadencia intelectual". "Fue poco a poco perdiendo la memoria. 脥bamos cada 15 d铆as a comer un cocido y a revisar las cosas de la vida y del mundo, y se olvidaba de los nombres, se equivocaba. Estaba perdiendo facultades, y eso se notaba incluso en los 煤ltimos art铆culos de El Pa铆s, que yo he terminado por pensar que no estuvieron escritos por Vargas Llosa. No ten铆an la profundidad ni el estilo, eran superficiales, primarios. Tambi茅n en los 煤ltimos libros, como el de Gald贸s".
Esa p茅rdida de facultades desemboc贸 en lo que Armas Marcelo define como "una solemne estupidez": cuando puso todo en manos de su hijo mayor 脕lvaro y de Gerardo Bongiovanni, director de la Fundaci贸n Internacional para la Libertad que presid铆a Vargas Llosa y en la que qued贸 integrada su c谩tedra en 2020, cuando sali贸 de la misma Armas Marcelo. "Ah铆 no hab铆a nada m谩s que poder y dinero", asegura. "No s茅 por qu茅 a Mario le convencieron de aquello. Durante los primeros a帽os tuvo su criterio y lo impon铆a, pero cuando 茅l decae se lo comen. En la fundaci贸n hab铆a gente sensata, pero mezclada cada vez m谩s con toda la escoria ultraderechista de Am茅rica, y todo eso Mario ya no lo controlaba. Le hacen hablar en las elecciones peruanas nada menos que con Keiko Fujimori, lo cual era una traici贸n a todo lo que Mario hab铆a representado en Per煤 y lo que hab铆a dicho durante 40 a帽os, pero de eso ya no se le pod铆a culpar a 茅l. En alg煤n momento de lucidez se daba cuenta, pero se callaba la boca".
Este nuevo n煤cleo duro de guardianes del legado de Vargas Llosa es lo que disuadi贸 a Armas Marcelo de cogerse un avi贸n el pasado s谩bado e irse para all谩. "Pens茅 que lo mismo no ca铆a bien mi presencia, aunque tenemos una amistad con ellos desde los a帽os 70, con independencia de las diferencias ideol贸gicas. Cuando me preguntan en qu茅 coincid铆amos, yo siempre digo que en las ideas en todo, en la ideolog铆a en nada. Era casi un librepensador, como yo".
En esta noche en vela, Armas Marcelo ha repasado esos recuerdos de casi medio siglo de relaci贸n.
"Voy a ir recapacitando sobre las cosas que ahora ya puedo contar. Podr铆a escribir un libro, aunque estoy con una novela y quiero terminarla. Pero esta noche me he acordado mucho del viaje del Nobel, y de cuando en 2006 fuimos con 茅l a Estocolmo una jaur铆a de escritores y profesores vargasllosianos invitados por el Cervantes. 'Los suecos van a creer que estamos haciendo lobby', me dec铆a. ¿Y qu茅 te crees que estamos haciendo, Mario? Alquilando un barco para ofrecer una cena a los acad茅micos, d谩ndoles langosta y paella, hablando con ellos para demostrarles que no eres un monstruo que se come a los ni帽os crudos... Cuando pasamos por delante del ayuntamiento de Estocolmo, donde tiene lugar la ceremonia del Nobel, le dije, mira, ah铆 es, cualquier a帽o te toca. 'Eso para m铆 se acab贸', me dijo. Al d铆a siguiente todos los peri贸dicos daban la noticia de su conferencia, un gigantede las letras universales que no tiene el Nobel, los periodistas avergonzados de que no lo tuviera."
Cuatro a帽os despu茅s lleg贸 el momento... ___________________________________