Han sido tantos los abrazos, cientos los mensajes, que no puedo por menos que deciros, con toda la emoción que sea capaz de transmitir, gracias, gracias mil, milesker lagunok...
Mi ama era una mujer increíble, siempre lo fue, tan distinta a mi y tan distante a veces... Ella me enseñó a querer incondicionalmente y a dejarme querer de igual manera, y sigo aprendiendo. No me puedo quejar, sencillamente se durmió y cuando murió yo estaba a su lado. Duele, es verdad, pero sería una egoísta desagradecida si lamentara su suerte, o la mía.
AMATXO NEREA, MAITE ZAITUT. AGUR!
Lo siento meniña, no me había enterado.
ResponderEliminarLa mía se fue hace pocos años también.
Nosotros nos iremos con ellas tarde o temprano...
No se que decir, que tienes mi apoyo y muchos besos.