a lo que has de ser
conmigo,
tendida ya,
paralela,
en la muerte o en
el beso.
Horizontal es la
noche
en el mar, gran masa
trémula
sobre la tierra
acostada,
vencida sobre la
playa.
El estar de pie,
mentira,
sólo correr o
tenderse.
Y lo que tú y yo queremos
y el día -ya tan
cansado
de estar con su
luz, derecho-
es que nos llegue,
viviendo
y con temblor de
morir,
en lo más alto del
beso,
ese quedarse
rendidos
por el amor más
ingrávido,
al peso de ser de
tierra,
materia, carne de
vida.
En la noche y la trasnoche,
En la noche y la trasnoche,
y el amor y el
transamor,
ya cambiados
en horizontes
finales,
tú y yo, de
nosotros mismos.
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