Cuarenta y cinco mujeres asesinadas en lo que va de año, a lo que sumar las que lo pueden contar y las agresiones que no dejan marca pero destrozan la autoestima, tu propia estabilidad, vejaciones de todo tipo y que desconocemos. Es, sencillamente, insufrible, y lo que tengo muy claro es que toca autocrítica general. Porque el sistema no funciona, no funciona...
La exigencia al Gobierno y demás poderes públicos para que todos, inexcusablemente además, sitúen entre las prioridades UNO de su acción política combatir este auténtico terrorismo social -que lo es, porque mata y volverá a matar, abona el terreno para otros maltratos y nuevos maltratadores y envenena la convivencia salpicándonos a todos- no deja al común de los ciudadanos fuera de juego. Hay que implicarse de uno en uno, de uno en una...
Digo que se hace camino al andar, que la transmisión de principios y valores, educar en la asunción de responsabilidades y la solidaridad, la igualdad, antes que nada y de nadie, son cosa de andar por casa, la de cada cual. Y no cabe rendirse, ni claudicar.
No es un día, lo son todos...
Digo que no a la violencia contra las mujeres!
Hoy y siempre.
Digo nunca.
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