Recuerdo cuando cumplió 40, yo apenas había cumplido 28 y me sentaron fatal, digo los suyos, como si de golpe se hubiera hecho irremediablemente mayor... Recuerdo cuando cumplió los 50, la makila guapa que le regalé y la expresión de Iñaki Alberdi cuando le dije lo que quería grabar en su empuñadura... Recuerdo que por su 60 cumpleaños se libró de unas mañanitas bien cantadas bajo el balcón de su consulta sólo porque no dimos con un mariachi en condiciones y nos acordamos tarde de contar con la complicidad y el "saber hacer" que para estas cosas se gastaba el bueno de Josetxo Uriz... Hoy cumple 67 años y a estas horas, qué jubilación jodía la suya, o está subido en la bici o está subido en la bici.
No pude elegir porque cuando yo llegué sin avisar él ya estaba aquí. Y ya nunca estuve sola...
Y luego vinieron los nuestros y los de los demás, que nos cruzamos ahijadas y sobrinos, y ahora también a Lur, que le hemos hecho attona porque sí, porque me da la gana. Y seguimos haciendo piña en mantel propio o ajeno, en regatas, alardes, mesas y sobremesas. Y aunque no conspiré para que la genética hiciera que mi cachorro parezca suyo, la naturaleza me hizo ese regalo: su misma expresión, la nariz guapa que comparten, esa manera de reír y la retranca etxegoyen que ni queriendo pueden disimular ninguno de los dos. Y me encanta.
Mi hermano Javier, el mayor de todos, digo que no tengo más y que no me lo toque ni Dios, es hoy un año más viejo. Y que dure dura. Pero dura de collons. Y a por la siguiente... ZORIONAK, Txesman!!!!
Y ya, si dejo dicho que le quiero con toda mi alma, me la jura de por vida.
Vivamos peligrosamente, pues...
No pude elegir porque cuando yo llegué sin avisar él ya estaba aquí. Y ya nunca estuve sola...
Y luego vinieron los nuestros y los de los demás, que nos cruzamos ahijadas y sobrinos, y ahora también a Lur, que le hemos hecho attona porque sí, porque me da la gana. Y seguimos haciendo piña en mantel propio o ajeno, en regatas, alardes, mesas y sobremesas. Y aunque no conspiré para que la genética hiciera que mi cachorro parezca suyo, la naturaleza me hizo ese regalo: su misma expresión, la nariz guapa que comparten, esa manera de reír y la retranca etxegoyen que ni queriendo pueden disimular ninguno de los dos. Y me encanta.
Mi hermano Javier, el mayor de todos, digo que no tengo más y que no me lo toque ni Dios, es hoy un año más viejo. Y que dure dura. Pero dura de collons. Y a por la siguiente... ZORIONAK, Txesman!!!!
Y ya, si dejo dicho que le quiero con toda mi alma, me la jura de por vida.
Vivamos peligrosamente, pues...
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