1949, Paris, Saint-Germain-des-Près... el final de la Segunda Guerra Mundial congregó por allí un número de intelectuales y artistas por metro cuadrado tal que seguramente nunca más haya habido en otro lugar, una generación dispuesta a devorar la vida que retornaba tras una guerra implacable. Escritores, pintores, músicos, filósofos, poetas... son jóvenes y brillantes, sumergidos en una efervescencia creativa y con ganas de reinventar el mundo. Ella, Juliette Gréco, tiene apenas 18 años...
'El tiempo que la esbelta mujer de negro suspendía, en cualquier cave del Barrio Latino, con un gesto displicente de su mano, impecable indolencia, la voz apenas ronca y ese lento silabear las canciones. Todo se transformaba en Gréco, cuando Gréco se dignaba a devorarlo..."
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