Tal vez la hubiera pero no lo recuerdo. No recuerdo procesión ni borrico ni borriquita, sí laurel y palmas, y una algarabía de críos con ramos y ramas en la plazoleta de la Iglesia del Juncal, y a mi madre guapa como siempre pero ese día un poquito más.
Y un balcón de madera pintado de verde oscuro en el que la amona Bale colocaba con precisión matemática mi palma bonita de Domingo de Ramos, la única... que no había más niña que la Marilén niña en aquella casa nuestra de la antigua calle de Jacobo de Arbelaiz...